• El programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer’ de CEOMA surgió hace 20 años con el objetivo de acabar con las sujeciones físicas y farmacológicas en las residencias de mayores y apostar por la formación del personal, incidir en la prevención de los problemas de conducta y en la transformación de los centros
  • España, junto con Alemania, Francia o Italia, es uno de los países donde más se emplean las sujeciones, mientras que Dinamarca, Japón, Reino Unido, Canadá o Estados Unidos hacen un uso muy bajo de ellas
  • La mitad de las personas que caen en un inmovilismo acaban falleciendo en un año, según el director técnico del programa, Antonio Burgueño
  • Burgueño pide más “transparencia” a las residencias y que publiquen los datos de sujeciones en sus centros como sucede en Estados Unidos

El programa ‘Desatar al anciano y al enfermo de Alzheimer’ impulsado por la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha logrado que un total de 210 residencias en España eliminen las sujeciones físicas y farmacológicas a pacientes con demencia. En la actualidad, más de 400.000 viven en residencias en España, de las cuales 250.000 presentan deterioro cognitivo.

Este proyecto pionero, que celebra su 20 aniversario y que no es incompatible con ningún modelo asistencial, nació con el objetivo de acabar con las sujeciones en las residencias de mayores y, en su lugar, apostar por una formación de los empleados para incidir en la prevención de los problemas de conducta de estos pacientes y transformar los centros, tanto a nivel de espacio como organizativo.

El director técnico del programa, Antonio Burgueño, ha señalado que, si bien actualmente son 210 las residencias acreditadas por CEOMA como libres de sujeciones, existe otro gran número de centros que se encuentra en pleno proceso de obtención de la acreditación. Burgueño ha admitido que “aún se trata de una cifra pequeña, teniendo en cuenta que hay más de 4.500 residencias en España”, pero se ha mostrado confiado en que en los próximos años se acabará erradicando esta práctica.

El especialista ha explicado que los trastornos conductuales de las personas con demencia responden a “su manera de comunicarse”, por lo que ha insistido en la necesidad de “aprender a interpretarlos” para incidir en la prevención. “Cuando el problema predominante es de conducta, la sujeción que se emplea es la farmacológica, pero eso induce a un mayor riesgo físico y de caídas por pérdida de reflejos o de coordinación. Es necesario incidir en ello, además de transformar las condiciones de la habitación, facilitar el acceso al baño y establecer ajustes organizativos”, ha recalcado.

Burgueño ha señalado que el proyecto surgió hace 20 años tras detectar que España era el país que más empleaba las sujeciones y, aunque la situación se ha ido transformando, “todavía no se han podido erradicar en todos los centros”. En su opinión, “es un fenómeno muy complejo, que tiene muchas connotaciones sociales y culturales y, en los países mediterráneos, hay una cultura de paternalismo y de hiperprotección que hasta puede hacer daño”. El director médico de ‘Desatar’ ha recordado que en muchos casos son las propias familias de los pacientes quienes piden a las residencias que hagan uso de sujeciones para evitar caídas, cuando “lo que se ha visto es que no hay más caídas en los centros libres de sujeciones que en los que sí las usan”.

Sin embargo, la iniciativa de CEOMA ha permitido comprobar en todo este tiempo que “no va a haber marcha atrás” porque incluso “instancias administrativas, jurídicas o técnicas se han sumado a ella”, de modo que “se va a seguir avanzando en esta línea”. La petición de la fiscalía general del Estado a los fiscales de investigar las sujeciones en las residencias también ha supuesto un “estímulo” para que los centros de mayores se interesen por el programa y que del total de residencias libres de sujeciones un total de 72 lleven ya cinco años sin emplearlas, según Burgueño.

El proyecto CEOMA ha celebrado hoy el 20 aniversario de su puesta en marcha con la jornada ‘Ganando un futuro mejor, con hechos, para las personas mayores’, que ha reunido a expertos de distintos ámbitos para hacer balance de cómo ha evolucionado la situación en las residencias, analizar la implicación de las administraciones y los poderes públicos en el programa y escuchar la experiencia de los centros que han decidido eliminar las sujeciones, tanto físicas como farmacológicas. Además de la presidenta de CEOMA, Sabina Camacho, en la jornada han participado el director técnico del programa ‘Desatar’, Antonio Burgueño; el director del Área de Sanidad y Política Social del Defensor del Pueblo, Rafael Muguruza, y la Fiscal de Discapacidad y Mayores en la Fiscalía General del Estado, María José Segarra, entre otros.

La presidenta de CEOMA ha destacado que el proyecto Desatar ha tenido “efectos positivos en los centros donde se ha implantado y estos se han trasformado en centros más humanizados, contribuyendo con ello a dignificar y humanizar los cuidados a las personas mayores que allí viven”.  Según Camacho, “privar a una persona de libertad, es privarle de un derecho fundamental, viéndose también afectada su salud, mental y física, efectos que, de demorarse la retirada de la sujeción, pueden ser irreversibles”.

Por su parte, el presidente de honor de CEOMA, Eduardo Rodríguez Rovira, ha indicado que Desatar ha supuesto “un cambio de filosofía en la gestión, en la mentalidad y en las actitudes”. Además, ha destacado los principales hitos que se han alcanzado desde que se impulsó hace 20 años el proyecto, entre los que se encuentran, la primera residencia en eliminar las sujeciones en Guernica en 2007 o la concesión del Premio Príncipe de Viana a la Atención a la Dependencia. Asimismo, ha señalado que una de las fechas clave para el proyecto fue “el reconocimiento del tema de las sujeciones por parte de la Fiscalía en enero de 2022”.

En este sentido, la Fiscal de Discapacidad y Mayores en la Fiscalía General del Estado, María José Segarra, ha recordado que la instrucción de este organismo sobre el uso de contenciones en residencias obliga a que las medidas se lleven a cabo “bajo prescripción médica, que sean individualizadas y por un periodo de tiempo concreto, con un consentimiento informado y una continua reevaluación”. En los casos en lo que no se cumplen estas condiciones, Segarra ha apuntado que se pueden “tomar medidas cautelares en el ámbito civil o incluso se puede investigar si es constitutivo de delito”.

 

En su intervención, también ha querido dejar claro que en los últimos años “ha habido un antes y un después” en la relación entre la Fiscalía y las residencias de mayores. “Ha habido un acercamiento, nos hemos conocido más y eso ha permitido resolver dudas y seguir construyendo para evitar que haya merma de derechos en las residencias”, ha añadido.

Inmovilismo y mortalidad

En la actualidad, España, junto con Alemania, Francia o Italia, es uno de los países donde más se emplean las sujeciones, mientras que Dinamarca, Japón, Reino Unido, Canadá o Estados Unidos hacen un uso muy bajo de ellas. De hecho, en Estados Unidos ha disminuido el uso de un 40% a un 7% en 20 años y ya hay Estados libres de sujeciones. Según el especialista, las consecuencias de esta medida son muy graves, ya que los pacientes con demencia “sienten vergüenza, tienen la sensación de perder el control de su vida, sufren crisis de pánico o episodios de agitación, que pueden llegar a triplicarse por culpa de las sujeciones”.

Asimismo, Antonio Burgueño ha asegurado que el hecho de estar inmovilizado va asociado a una mayor mortalidad por un “declive físico y mental”. “Las personas que por el motivo que sea caen en un inmovilismo acaban falleciendo en el plazo máximo de un año. Es letal para una persona mayor”, ha recalcado.

No obstante, ha insistido en que los centros que emplean sujeciones lo hacen de forma muy controlada y limitada, siguiendo la normativa que obliga a que sea una decisión tomada por un médico, con el apoyo del paciente afectado o de un familiar. Según Burgueño, “son pocos los centros que las usan de forma descontrolada”.

Falta de transparencia

Por otro lado, el director técnico de ‘Desatar’ ha lamentado que las residencias en España no publiquen en sus páginas web los datos sobre sujeciones y ha pedido “una mayor transparencia” en este sentido, como sucede en Estados Unidos, donde incluso actualizan los datos cada trimestre”. Burgueño ha querido dejar claro que la transparencia es un “mecanismo de calidad que falta en España” y desde CEOMA “queremos que próximamente sea una reivindicación formal”.

Tras haber logrado que muchos centros de adhieran a la iniciativa, Burgueño ha apuntado que Desatar 2.0 busca ahora “ir más allá” y conseguir una “mejor comprensión de las personas con demencia y una transformación más profunda de las residencias de mayores para que dejen de ser centros de contención y sean espacios amigables”.

‘Desatar al anciano y al enfermo de Alzhéimer’

‘Desatar’ es un proyecto pionero de CEOMA que lleva 20 años trabajando para establecer nuevas pautas de cuidados que garanticen una atención libre de sujeciones físicas y químicas para personas que padecen demencia. En la actualidad, el proyecto se focaliza en las residencias, donde más del 60% de sus habitantes son personas en procesos de demencia. Por ello, la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) aboga por que pasen de ser centros de contención a ser centros amigables para estos pacientes. ‘Desatar’ cuenta con las siguientes entidades colaboradoras: IMSERSO, CEADAC, SAVIA RESIDENCIAS, EMERA ESPAÑA, SANITAS y FORO TÉCNICO FORMACIÓN.

El Programa ‘Desatar’ ha recibido varios premios, entre ellos el ‘Príncipe de Viana’ de Atención a la Dependencia, en junio de 2010; el ‘Fundación Caser la Excelencia en Dependencia’, en el marco de los Premios Caser Dependencia y Sociedad, en la edición 2014 y el Premio ‘Amor por la Experiencia’ al mejor trabajo a favor de los derechos y el bienestar de las personas mayores, en 2015.