Ya es conocido el efecto, casi inmediato, de cierre cautelar por decreto de la Consejería de Servicios Sociales de la Comunidad de Madrid, lo que ha de ser juzgado como un acto valiente por parte de sus responsables, si bien es cierto que esa no puede ser la vía ordinaria para amparar-proteger a personas mayores especialmente vulnerables a malos tratos como los vistos en esa denuncia, ya que llegados a este punto se ha generado desazón y repugnancia en la sociedad, y se ha provocado graves problemas a otras personas mayores que vivían en ese centro, y a sus familiares, que ya veremos como se resuelven.
¿Nos hemos preguntado sobre el efecto que han producido esas imágenes en la percepción de las personas mayores dependientes que viven en casa, con sus hijos u otros familiares?
La denuncia arroja luz sobre un fenómeno oculto que se está dando, mucho mas frecuentemente de lo que se cree. Tendemos a pensar que los malos tratos a personas mayores son cosa del pasado, y que solo puntualmente se dan casos como el ahora sacado a la luz, pero nada mas lejos de la verdad.
Podemos decir que ese caso es casi único porque es cierto que tanta cantidad y variedad de abusos, abandono, y negligencia no suele darse en tan pocos metros cuadrados.
Pero los malos tratos o abusos institucionales a personas mayores son frecuentes en España, y también en algunos países de nuestro entorno. Se puede decir que en más de 55 % de las residencias se da algún tipo de abuso. De hecho uno de los abusos mas frecuentes en nuestro país, sobre el que llevamos ya más de 4 años investigando, es el de la aplicación de sujeciones, cuando hay alternativas, y sin las suficientes garantías para evitar su impacto sobre la salud, y garantías legales. Hablamos de Personas Mayores atadas, si nos dejamos de eufemismos, atadas a diario, muchas veces por el resto de sus días.
El maltrato institucional es una forma de maltrato muy peculiar, que ha de ser analizada también de forma peculiar, ya que podemos caer en “hacerle el juego” a quienes están al frente de esas instituciones, y acabar criminalizando a personas que no son las últimas culpables, y en eso quiero poner especial énfasis. Lo que aquí planteo se puede ver con más claridad si nos hacemos la siguiente pregunta: En el caso de la residencia denunciada, de la que todos hemos visto los vídeos, ¿quién maltrataba a esas Personas Mayores?
Yo digo que es la institución pero, si nos fijamos en lo evidente, en lo inmediato, era una trabajadora del turno de tarde, uniformada, inmigrante sin papeles, etc…… Ojo, es un grave error, y se les hace el juego a los responsables de ese centro, si finalmente concluimos que era esa trabajadora quien maltrataba.
En este es la institución la que establece e impone una dinámica que tiene como efecto el maltrato, abandono, y abuso. Es la institución la que impone que una persona sin formación, insolvente para manejar adecuadamente los problemas de las Personas Mayores que viven en esa planta de ese centro, sea quien tiene que enfrentarse a ellos, sola, y tratar de garantizar que se les presta la asistencia básica, pero no puede ser, es imposible. Una persona normal, un profesional de enfermería, ante esa realidad, se hubiera ido, de hecho ese es el caso de una mujer que dio su testimonio de su experiencia trabajando allí. Pero pueden encontrarse personas que necesitan trabajar a toda costa, y aguantan esa situación por mas tiempo, pero bajo una presión insoportable, que les altera el ánimo y la percepción de lo que hacen, hasta el extremo de ser artífices de abusos, sin tener una clara conciencia de que son inaceptables. En cierto modo, son víctimas también de esa institución, que también abusa de ellos, de esos trabajadores.
Los responsables de ese centro tienen a varias personas haciéndoles el juego, quizá algunos sean familiares de algunos residentes que acuden a ese centro buscando solo una situación ventajosa para ellos, sin preocuparles la situación de los mayores. Existen facultativos que prescriben fármacos sin ejercer el necesario control de su uso, o sin tener garantías de que se utilizarán bien. Yo tengo sospecha de que los fármacos psicotrópicos se usaban en ese centro de forma no adecuada. Y lo que es más grave, les hacemos, todos, el juego, en cierto modo, ya que establecemos entre todos, un sistema que permite a esos responsables terminar diciendo, que ellos no han cometido ninguna ilegalidad, visto lo visto, y que si alguien ha cometido ilegalidades puede haber sido algún trabajador concreto, y punto. Esto puede ocurrir, puede ser el resultado final de ese escándalo, y puede serlo porque existe un gran vacío legal. Las aberraciones que hemos visto no están tipificadas como delitos en España, y no existen normas detalladas de cómo han de ser los cuidados a Personas Mayores en las residencias.
Uno de los defectos que tiene el “periodismo de investigación” es que no contrasta a fin de obtener una idea más real de la situación. Hemos visto lo que pasaba en ese centro, pero no se ha dicho que existe una residencia en España que ha recibido recientemente la acreditación como “Centro Libre de Sujeciones” por parte del Programa que dirijo, lo que viene a demostrar que es posible cuidar a Personas Mayores sin usar sujeciones, y se puede hacer sin mayores costes.
Respecto de los abusos, abandonos y negligencias mas frecuentes en España, decir que las principales víctimas de ellos, entre las Personas Mayores, son las personas con Enfermedad de Alzheimer, o con demencias de otra causa, a quienes se les restringe en la cama por las noches, a fin de que no se levanten, se les droga con tranquilizantes, para que no resulten molestos a otros. Quienes no saben manejar bien a estos enfermos suelen recurrir a atarles cuando no pueden estar vigilándoles directamente, y se podrían citar muchos ejemplos más, pero hay que destacar por encima de todo, como abandono del cuidado debido, la gran deprivación de estímulos físicos y psíquicos en la que viven estar personas dementes en las residencias y otro tipo de instituciones, cuando la estimulación es la clave para que estas personas no tengan problemas de conducta y riesgo de ser atados.
Son aún muchas las deficiencias que se ven en España en los cuidados a Personas Mayores Dependientes en los centros, y cuando miramos específicamente a las distintas formas de maltrato, echamos de menos una protección mas activa de los poderes públicos.
Es necesario proteger a las personas mayores vulnerables, y aquellas dependientes que están institucionalizadas lo son, de una forma específica y preventiva, con leyes que permitan un control estrecho de esas instituciones, y estructuras que lo ejecuten, como buenos servicios de inspección, e incluso con la existencia de figuras como los“defensores de los mayores”, que ya existen en algunos países de nuestro entorno sociocultural. Normas que permitan diferenciar los malos tratos institucionales de los que ejercen individualmente algunas personas de forma libre y consciente, es decir que deben existir leyes o normas que contemplen la existencia de los abusos institucionales como tales, a fin de penalizar a los reales artífices de esos malos tratos.
Por último decir que existe una infraestructura que articula la sociedad a base de asociaciones de personas mayores, familiares de enfermos de Alzheimer, etc. que están al tanto de los malos tratos, y que cuentan con profesionales y programas para defender sus intereses y que necesitan de respaldo de los poderes públicos para ser más efectivos. Sirva el ejemplo del Programa Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer que promueve la Confederación Española de Organizaciones de Mayores – CEOMA, que lleva más de 4 años funcionando, con gran esfuerzo, y que no ha recibido aún ningún tipo de ayuda pública para lograr el objetivo de racionalizar el uso de sujeciones en España.