CEOMA ha sido seleccionada por la Red Solidaria BANKIA 2018 para desarrollar su Proyecto “Premio al Centro más amigable para las personas mayores con demencia”.

Este reconocimiento al “Mejor Centro”, es el resultado de una estricta valoración por parte del Director Técnico del programa “Desatar al anciano y al enfermo de Alzhéimer”, el Dr. D. Antonio Burgueño Torijano.

 

Justificación de esta iniciativa:

A partir de cierta etapa del proceso de una demencia, y sobre todo cuando aparecen conductas agresivas, de resistencia a los cuidados, e incluso episodios de agitación, las personas que sufren ese proceso pueden requerir ser atendidas en entornos institucionales controlados y con profesionales especializados.

La población de personas mayores con demencia que viven en residencias es ya del 60%, según una muestra de centros que controlamos desde el Programa Desatar. La tendencia es que esa cifra de personas con demencia que viven en residencias aumente hasta ocupar prácticamente en los próximos 10 años la casi totalidad de las plazas disponibles.

Los centros españoles se enfrentan a un reto de adecuación y especialización en los próximos años, para ser capaces de albergar a esa elevada proporción de personas con demencia y hacer que sus vidas sean aceptables, en términos de calidad de vida. Ya existen entidades que están sumidos en esa transformación, no son muchas aún, pero ahí están, y nos van enseñando el camino.

Por supuesto, para nosotros, uno de los caminos a andar obligadamente es el de lograr que cada centro sea un centro libre de sujeciones, un estándar de oro de calidad, básico para apostar por la calidad de vida de las personas con demencia.

Estamos hablando de las etapas más avanzadas de la demencia cuando nos referimos a las personas con demencia que viven en residencias. Esto condiciona las necesidades de adecuación y especialización, muy enfocada a ahondar en la ciencia de los cuidados, y en adecuaciones que ponen el énfasis en lograr entornos protésicos y de seguridad. Algo que ya se está iniciando en los centros que ponen el empeño de no considerar la sujeción física como una opción. Pero lo cierto es que los centros españoles, salvo las dignas excepciones conocidas, son deficitarios para acoger de forma humana a las personas que padecen esos procesos y, por tanto, no son capaces de proporcionarles una calidad de vida aceptable.

Hoy día se considera como uno de los principales indicadores de calidad de vida en personas con demencia avanzada, los síntomas psicológicos y conductuales (SPCD) que presentan. La incidencia y, sobre todo, la prevalencia de los mismos. Si las personas con demencia avanzada terminan institucionalizadas, lo obligado es que esas personas puedan vivir dignamente en esos centros, dentro de lo posible, y con la mayor calidad de vida alcanzable.

Queremos incentivar que los centros que acogen a personas con demencias avanzadas, normalmente residencias de ancianos, sean capaces de tener unas condiciones que propicien que esas personas vivan en ellos con una calidad de vida aceptable.

Hoy sabemos que la prevalencia de síntomas psicológicos y conductuales negativos que presentan esas personas institucionalizadas es elevada y que muchos de esos síntomas responden a aspectos ambientales, de entornos, y a aspectos de trato y comprensión por parte de los profesionales asistenciales de las residencias.

Existen multitud de referencias a que los síntomas psicológicos y conductuales negativos en las personas con demencia, empobrecen su calidad de vida. Así mismo que referencias que hablan de que la reducción de esos síntomas mejora la vida de la persona que sufre demencia, especialmente cuando las intervenciones dominantes son de tipo no farmacológico.

Observar los síntomas psicológicos y conductuales de las personas con demencia, para decidir qué ajustes ambientales, organizativos, y de conocimientos son necesarios, es nuestro enfoque. La clave de que un centro responda de forma más amigable para con esas personas, es que exista una especial capacidad de sus profesionales de comprender a qué responden esos síntomas.

El objetivo general de nuestro proyecto es promover que la calidad de la vida de las personas con demencia avanzada que tienen que vivir institucionalizadas sea la mejor posible, evitándose también hacerles daño. Ese objetivo final es medible a través de la prevalencia de conductas reactivas o responsivas pero, de forma intermedia, queremos contar con un sistema de evaluación de procesos. Evaluación que realizaremos mediante criterios y estándares de cumplimiento, que marquen el camino a seguir para ser cada vez más amigables con las personas con demencia avanzada y que nos permita reconocer a los centros que van alcanzando niveles destacables de amigabilidad o adecuación.

Estamos en la fase de pilotaje de esa herramienta de evaluación con criterios objetivos y ya hemos hecho una primera selección de centros a evaluar. Todos estos centros  ya están acreditados como centros libres de sujeciones bien consolidados. Esto es, que cuentan con  más de 5 años de recorrido y con una proporción de residentes con demencia igual o mayor al 75%. Esperamos que en poco tiempo podamos dar más detalles de qué centro ha superado la prueba con mejor nota y que será, por tanto, objeto del primer reconocimiento público de su condición de centro más amigable para las personas con demencia comprobado.

La primera selección de centros se ha hecho de una forma especial para este primer pilotaje, poniendo el foco en centros más evolucionados y especializados. En el futuro evaluaremos a cualquier centro que se considere que ha avanzado en ser más amigable, que esté dispuesto a someterse a un examen externo y que al menos haya abordado la erradicación del uso de sujeciones físicas y haya avanzado en ello de forma significativa.