UNA RELACIÓN SÓLIDA

Los estudios y trabajos acerca de las propiedades, características y condicionamientos del lenguaje en la vida de las personas están demostrando que tiene influencias decisivas en sus pensamientos, en sus actitudes y en sus relaciones y –por ello– en sus comportamientos. Por tanto, el lenguaje es una referencia Vital en el entendimiento de las diferencias: culturales y políticas, entre personas, sociedades y países. 

El inglés es un idioma diseñado para que la gente se comunique; el español es un idioma diseñado para que la gente hable; el alemán, para que la gente piense; el francés, para que la gente ame; el italiano, para que la gente mienta; el chino, para que la gente medite; el indio, para que la gente sufra; el ruso, para que la gente resista el clima frío; el holandés, para que la gente comercie; el catalán, para que la gente venda, y el vasco, para que la gente ataque. El carácter de las gentes de estos países está bastante explicado por las características del idioma que hablan. 

Las mejores Universidades del mundo están en los países de habla inglesa, las mejores publicaciones sobre “management” y sus derivados están escritas en inglés y las mejores democracias son la americana y la inglesa. Las dos guerras mundiales las han originado los alemanes –que son los más laboriosos del mundo occidental– y el protestantismo nació en Alemania. La medicina natural china tiene más de seis mil años, y los indios tienen más resistencia al sufrimiento que nadie en el mundo. La diplomacia la inventaron los italianos y los franceses y muchos de los mejores músicos de la historia han sido alemanes y rusos. 

La laboriosidad es alemana y china, la racionalidad es inglesa y americana, la envidia es española e italiana, el arte pictórico es italiano, francés y holandés, y la agresividad es alemana y española. Los americanos son buenos negociadores, los españoles buenos guerreros, los franceses son elegantes, los chinos son trabajadores. Estas cosas –y más– encuentran una buena explicación en el lenguaje que hablan las gentes de cada país.

José Luis Méler y de Ugarte
Presidente