TREINTA Y SIETE AÑOS DE DEMOCRACIA EMPOBRECEDORES

Merece la pena hacer resumen del recorrido de la democracia española en sus 37 años, y constatar lo poco que se ha hecho de bueno y lo mucho que se ha hecho de malo, y entender por qué las crisis nos afectan más y peor que a otros países con los que queremos emparejarnos.

 En esos años, España ha perdido una buena parte de su sector alimentario y de grandes superficies, casi todo su sector naval, casi todo su sector siderúrgico, la mayor parte de su sector cementero y una parte sustancial de su sector energético. En resumen, España ha perdido –a favor de países con los que compite– la parte más significativa de su Industria. Y es –precisamente- la Industria, el espejo en el que se miran los países para saber dónde están y lo que son en el contexto internacional, y el motor del progreso más sólido y efectivo.

 España ocupa hoy el puesto número 30 en la “escala de competitividad”, el número 27 en la “escala de innovación”, el número 23 en la “escala de impulso a la innovación”, el número 26 en la “escala de creación de conocimiento” y el número 24 en la “escala de actitud emprendedora”. Escalas todas ellas monitorizadas por Organismos Internacionales de reconocido prestigio. 

Sin embargo, España es uno de los países con más Políticos y Funcionarios por cada mil habitantes de entre los países presentes en esos rankings, y tiene un esquema institucional oneroso e improductivo –lo que representa un lastre insoportable para su economía-. La conclusión es que se ha construido una mala democracia. 

La elección de España es o una nueva sociedad o una mala sociedad. O una nueva democracia o una mala democracia, con lo que –si se quiere mejorar esta situación– es necesario continuar la Transición.

José Luis Méler y de Ugarte
Presidente