(Madrid, 26 de octubre de 2016). La Educación debe ser entendida con un componente de Trabajo y otro de Ocio que la haga moderna, atractiva y útil. El Trabajo debe ser entendido con un componente de Educación y otro de Ocio, de forma que la persona pueda no sólo contribuir con el Trabajo sino aprender de él y divertirse con él. El Ocio debe tener un componente de Educación y otro de Trabajo y así se rompe la linealidad aburrida y repetida que cierra caminos a la innovación u a una necesaria realización personal.

Muchas personas en la edad “dosymedio” tratan de superar la falta de espacios del Sistema dedicándose a Organizaciones Sin Ánimo de Lucro, ONG´s y otros tratan de instalarse en el Sistema libre de consultoría e ingeniería como “free-lance”. Los problemas de la edad “dosymedio” crecen  por falta de ideas, por lo que urge el establecimiento de medidas para que esas personas se incorporen a una actividad productiva y no se pierda su capacidad.

La Educación debe ser concebida de forma diferente a la actual y las Empresas deben modernizar sus papeles para no tener que prescindir de experiencias y capacidades localizadas en la población de edad “dosymedio”. La Política debe transformarse y plantearse una reducción de efectivos que sólo se enfrentan entre ellos, y el Sistema debe establecer la instalación de la modernidad.

Por ello, es necesario el renacimiento de una realidad de Liderazgo Social de la actividad Empresarial de forma que la Política sirva los intereses de una sociedad civil que soporta un coste excesivo para lo que recibe de ella. Existen demasiados Gestores de diferencias y hay pocos Gestores de coincidencias.

La edad “dosymedio” acoge a muchas personas que componen un capital inactivo que se saca del Sistema productivo por incapacidad del mismo. Por tanto, es necesario trabajar para que esa edad no sea el refugio inatendido de experiencias y cerebros.

José Luis Méler y de Ugarte
Expresidente