LAS OPORTUNIDADES PERDIDAS

(Madrid, 6 de julio de 2016).En España, se han perdido oportunidades. El establecimiento de la Constitución fue una oportunidad que no se aprovechó bien, si observamos el desarrollo de otras Constituciones que han funcionado mejor y más tiempo sin inestabilidades y sin sobresaltos. 

El acceso del socialismo al Gobierno fue una oportunidad que no se aprovechó bien, si observamos el abuso de poder y la corrupción que se instalaron en nuestras estructuras. El acceso del centro-derecha al Gobierno fue una oportunidad que no se aprovechó bien, si observamos las prolongaciones y las connivencias que han seguido viviendo en un ambiente siempre enrarecido. Y el resultado de las Elecciones del 20-D fue una oportunidad para las inteligencias políticas que no existen. 

Sin embargo, los nacionalismos han crecido, y eso es un mal resultado. El número de políticos y de funcionarios ha crecido, y eso es un mal resultado. Los gastos fijos de la Administración han crecido, y eso es un mal resultado. El déficit público ha crecido, y eso es un mal resultado. Todo ello induce a una “economía enferma” aunque –merced a la capacidad de sufrimiento de la sociedad civil española– pueden darse algunos síntomas correspondientes a “economías saludables”.

La sociedad civil y las empresas han construido un escepticismo rotundo acerca de la política y de los políticos. Cuando ese escepticismo comenzó a construirse en los años 90, algunos políticos se dieron cuenta y trataron de hacerlo mejor y comunicarlo mejor.

Hoy, ya todos los políticos saben que la sociedad civil no cree en ellos ni espera nada bueno de ellos, y ninguno de ellos hace nada al respecto. La política ha expulsado a los soñadores y a los utópicos, y las empresaspara acoplarse a un sistema tan imperfecto y desesperanzadortambién los están expulsando. 

España acabará en manos de los grandes y de los que lo saben hacer y –cuando tengamos dueños mejores que nosotros– no sabremos hacer otra cosa que obedecer en las empresas y parasitar en la política. Las divisiones y las diferencias tienen esas consecuencias. Las próximas Elecciones son otra oportunidad. Ya veremos.

José Luis Méler y de Ugarte

Ex-presidente