LA INDUSTRIA Y LOS SERVICIOS

Las relaciones entre Política, Economía y Sociedad son las que se desprenden de las relaciones entre tres maneras de ver la misma vida. Si la Sociedad no es la beneficiaria de la Política y de la Economía, esas relaciones se rompen y –entonces– se degradan las coordenadas de la convivencia y se diluyen las referencias de los Valores. 

Y, cuando eso ocurre –aunque cueste admitirlo– hay que empezar de nuevo. La humanidad ya ha empezado varias veces de nuevo y ha triunfado. La Política de hoy es vieja y no puede adelantarse a la crisis. La Economía de hoy es vieja y no puede crear ilusiones. Y la Sociedad de hoy es vieja y no puede trabajar para crear el valor necesario. 

Las tres de hoy: Política, Economía y Sociedad, son ineficientes y debemos construir otras tres nuevas y eficientes. Para tal objetivo, la experiencia de los últimos años de la siempre misma Europa ha registrado suficientes acontecimientos para acertar en el camino de su persecución, y enmarcar dos aspectos de suficiente peso para que puedan ser considerados como referencias. 

El primero es que los países de la Unión Europea han perdido peso industrial –es decir– han reducido el peso del sector secundario en beneficio de un sector terciario que se ha convertido en el consuelo de una hipotética construcción de una Sociedad de Servicios que no genera suficiente valor para justificar el cambio. 

El segundo es que la pérdida de peso industrial ha sido mayor cuando los países han estado dirigidos por gobiernos de izquierda que por gobiernos de la derecha, con lo que el mensaje de progreso social ha resultado más equivocado que el de progreso económico. 

La conclusión es que si Europa quiere progresar, debe recuperar una parte del liderazgo industrial que ha perdido sin sustituir por ningún otro tipo de liderazgo productivo.

 

 

José Luis Méler y de Ugarte
Presidente