EL MODELO “ÁRBOL” PARA LA POLÍTICA Y LA ECONOMÍA
El árbol es la especie vegetal de más éxito y demás significación. Es universal, vive y se desarrolla en todas las geografías, en todos los países y en todos los climas –es decir– se adapta a todos los entornos y se relaciona con todas las tierras y todos los aires, a través de sus infinitas subespecies. Nada tiene más mensaje para economías y políticas. Todos los árboles tienen raíces, tienen tronco, tienen ramas y tienen hojas y –cada una de estas partes– tiene un mensaje útil para los gobiernos de empresas, sociedades y países.
Las raíces son la referencia de la Infraestructura, y aseguran su enganche al terreno en el que se vive y la robusta convivencia con él. Para la economía y la política significa la infraestructura cultural –que es el respeto a las tradiciones y la historia– y la infraestructura operativa –que es la presencia y la contribución al terreno en el que se vive y del que se vive-.
El tronco es la referencia de la Eficiencia, y asegura el buen hacer y el bienestar interno –es decir– el buen funcionamiento productivo. Para la economía y la política, la eficiencia personal –aseguramiento de una gestión óptima de los recursos humanos y el talento– y la eficiencia operativa –instrumentación y funcionamiento de unos correctos sistemas de gestión y un empleo óptimo de las tecnologías de la información y la comunicación-.
Las ramas son la referencia del Conocimiento y las hojas son la referencia de las Relaciones, y aseguran un intercambio positivo y productivo con la sociedad y con los mercados. Para la economía y la política, un conocimiento en el que basar el trabajo y la producción y unas relaciones optimas con la sociedad, los mercados, las personas y los ciudadanos, que faciliten la esencia de la creación de valor y el mutuo reconocimiento de la necesidad de ambas partes en un equilibrio productivo.
José Luis Méler y de Ugarte
Presidente