EL FUTURO SE HA IDO DE ESPAÑA

La sociedad necesita futuro, las empresas necesitan futuro y la economía necesita futuro. Pero hay países que trabajan en aprender a vivir sin futuro, más y mejor que en buscarlo y traerlo. 

España es uno de esos países –y siempre lo ha sido– por lo que tiene una historia –con la que todavía no se ha sincerado– y otra historia –que se han inventado los nacionalismos/separatismos y los populismos-. Y el futuro exige –para estar cerca– que la sociedad conozca y reconozca su pasado y que este sea verdadero. 

Con un pasado falso o falseado, con un presente absurdo, el futuro no quiere convivir. Y los países que han perdido el futuro no juegan en la Primera División. España juega en la Segunda División y con espectadores de esa División. España no tiene amigos en la Primera División, ni tiene amores ni tiene admiradores.

Por eso, casi nadie de arriba nos respeta, y no somos  referencia más que para países en transición, que pueden observar y comprobar en nosotros que –en política– los experimentos se pagan muy caros. 

La España de las Autonomías fue un error que –en los primeros años de su desarrollo– convivió con un futuro expectante y que ahora vivimos con un futuro escapante, huido de este extraño esquema que no conoce, no reconoce o no encuentra su historia, y que –como no sabe donde empieza– no puede decidir donde quiere acabar ni saber cuanto le falta para llegar. 

Con una clase Política poblada de mediocres –vestidos de mediocres-, un Funcionariado ineficiente, un Sistema Público ruinoso, una Justicia inexistente, una Unidad Nacional en derribo, un Terrorismo en proximidad, una Policía incógnita, unas Mafias felices, una Violencia incontrolable y una Inmigración onerosa, no es de extrañar que el futuro se haya ido de España. 

España lo tiene difícil, como siempre. ¿Dónde está nuestro futuro?. ¿Y dónde está el futuro del Gobierno?. ¿O el Gobierno del futuro?.

José Luis Méler y de Ugarte
Presidente