DIFERENCIAS Y COINCIDENCIAS

Siempre se busca con más insistencia aquello que falta o de lo que no hay suficiente. Se busca y se pide libertad, justicia, igualdad, ética y sociedad civil. Ahora, la modernidad nos ha traído el nuevo norte al que dirigirnos y en cuya dirección está una buena parte de todo eso que pedimos desde siempre y que no nos dan los que han roto y esquilmado el mundo. La referencia más significativa y más precisa del cambio necesario es la eficiencia, porque la raíz de todo lo malo que está pasando en el mundo es –precisamente– la ineficiencia, ya sea consecuencia de la incompetencia de los políticos o de la avaricia de los banqueros. 

Vivimos en un mundo condicionado por las diferencias y estas diferencias separan a las personas y a los países. Las posibilidades de las coincidencias son grandes, pero hay que buscarlas, encontrarlas y convertirlas en valor. Las diferencias originan ineficiencia y las coincidencias originan eficiencia. Los cambios de civilización que pasaron de la sociedad cazadora a la agrícola, y de ésta a la industrial, y de ésta a la de información multiplicaron –en cada uno de estos pasos– la eficiencia personal, social e institucional por diez. 

Las coordenadas del cambio necesario están determinadas por la incorporación, intencional y operativa, de la palabra eficiencia a todos y cada uno de los adjetivos que identifican la esencia de la vida de las personas y de las sociedades. 

Necesitamos ser más eficientes y podemos serlo. Eficiencia políticaen primer lugar– porque la política se ha hecho absolutamente ineficiente. Eficiencia económica –después– porque los modelos económicos en existencia han degenerado y se han vuelto ineficientes, todos ellos. Ineficiencia financiera, porque las finanzas están dominadas por especuladores que impiden la eficiencia exterior de las aplicaciones. Eficiencia vital para optimizar la vida de las personas y acercarlas un poco más a la felicidad.

José Luis Méler y de Ugarte
Presidente