DECÁLOGO DE SUGERENCIAS PARA EL 2016
(Madrid, 7 de enero de 2016) Al igual que en años anteriores me permito dar unas sugerencias para este Nuevo Año.
- Por encima de todo no se deje dominar por la preocupación o la angustia. Es cierto que habrá situaciones que no pueda arreglar, pero –aún así– el Año concluirá al cabo de doce meses y la vida continuará.
- No se deje enredar por el apresuramiento y la prisa. Jesucristo dijo que “había que observar los lirios del campo y las aves del cielo”. No podrá hacerlo sin tomarse tiempo para reflexionar con calma. Le irá mejor.
- Procúrese ser y olvídese de tener. Lo que haya ganado honradamente con su esfuerzo intentará quitárselo –con razón o sin ella– el Ministro de turno. La prima de riesgo, el mercado de valores, la deuda pública, la Agencia Tributaria o el sistema financiero tampoco están para echar cohetes. Sin embargo, lo que usted sea interiormente no podrá arrebatárselo nadie jamás.
- Saboree cada instante de su vida. Ciertamente, los buenos momentos no regresarán jamás, pero sí podrán quedar almacenados para aquella época difícil en que necesite recuerdos que su vida.
- No espere soluciones de los políticos. Los primeros de entre ellos se las ven negras para arreglar su propio porvenir con que imagínese el de usted y los suyos.
- Cuide de sus amigos. Los verdaderos amigos son extraordinariamente escasos, por lo que no tienen precio.
- Escuche a todos con paciencia y educación. Hágalo igual que si se tratara de su padre o de su hijo, pero sea prudente con los que lo adulan, lo envidian o lo aborrecen. Por regla general, su opinión no vale ni siquiera esa sustancia que se pisa por descuido en ocasiones y que deja un olor desagradable.
- No pierda tampoco el tiempo con los que se duelen porque a usted le van bien las cosas. Si quieren sufrir porque usted es feliz –allá ellos– o dicho en otras palabras, si se quieren condenar –que se condenen-.
- Lea con calma y atención el Nuevo Testamento. Los tiempos que nos está tocando vivir son difíciles y la ansiedad acecha detrás de cada esquina, pero –a pesar de ello– cuando todo se tambalea son más precisas que nunca las verdades eternas.
- Confíe en Dios. Sin límites y sin que lo aparte de esa confianza lo que puedan hacer los demás. Es –con diferencia– el Único que ofrece una garantía del cien por cien. Por ello, con su ayuda podemos llegar a remontar el 2016.
Dicho lo cual: “les deseo de corazón un felicísimo y luminoso Año 2016”.
¡FELIZ AÑO 2016!
José Luis Méler y de Ugarte
Presidente