La OMS  promueve desde hace años la Red de Ciudades y Comunidades Amigables con las personas mayores y España se unió a ese objetivo a través del IMSERSO. Hoy ya hay varias ciudades españolas que están consideradas como tales pero queda mucho por hacer.

Es necesario que la sociedad en general y las Administraciones Municipales en particular  sean conscientes del envejecimiento demográfico derivado de un incremento de nuestra esperanza de vida.

En España la esperanza de vida es de 80,4 años en los hombres y 86,2 años en las mujeres. El 18,9% de la población de las ciudades tiene más de 65 años y el 6% son mayores de 80. 15.000 personas  superan ya los 100 años. Además 2 millones de personas mayores de 65 años  viven solas.

Debemos estar preparados para que nuestras ciudades estén habitadas por cada vez un mayor número de personas de 65 años, en 2030 será un 25% de la población. Personas con  disminución de su audición, de su vista, o de su capacidad de respuesta a estímulos que afectarán a su movilidad. Son  los habitantes de nuestras ciudades en el futuro y las ciudades no están aún preparadas para esta realidad.

 

¿CUÁLES SON LAS PRINCIPALES CONSECUENCIAS DEL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN ESPAÑOLA ESPECIALMENTE EN LOS ENTORNOS URBANOS?

La población envejece en las ciudades y éstas tienen que adaptarse.

¿Permiten los entornos urbanos moverse con facilidad?  ¿Los tiempos de los semáforos son suficientes para que una persona mayor cruce? ¿Disponen las calles de la iluminación necesaria y de los bancos suficientes para permitir caminar seguros y descansar cuando sean necesarios? ¿Las viviendas tienen resueltas las barreras arquitectónicas? ¿El transporte está preparado para que lo usen los mayores?

A muchas de estas preguntas la respuesta es aún no.

 

¿QUÉ HACEN LAS CIUDADES PARA HACER FRENTE A ESTA SITUACIÓN, CUÁLES SERÍAN LAS SOLUCIONES PARA AFRONTAR ESTE CAMBIO DEMOGRÁFICO?

Hay que aumentar la natalidad. Hoy estamos en 1´3 hijos por mujer,  una de las tasas más bajas del mundo. La inmigración, que rejuvenece nuestra sociedad,  no es suficiente. Tenemos que introducir medidas que favorezcan aumentar nuestra natalidad y acercarnos, al menos,  a 2 hijos por mujer.

Se debería incrementar el número de escuelas infantiles, acercarlas a los lugares de trabajo incentivando a las empresas con medidas fiscales que posibiliten su construcción y equipamiento. El municipio debería poner en marcha un plan para la ubicación de estos centros y subvencionar el coste y el mantenimiento de éstos. También hay que facilitar medidas fiscales a los padres que les ayuden en el mantenimiento y educación de su familia.

Las ciudades deben transformarse en entornos amigables donde la comunicación y las relaciones intergeneracionales fueran fáciles, los niños transmitiendo su alegría y los mayores su experiencia para que los más jóvenes conozcan lo que es el envejecimiento y su entorno.

 

SE HABLA MUCHO DE LAS LLAMADAS “SOLEDADES URBANAS”, ESPECIALMENTE EN COLECTIVOS COMO EL DE LA GENTE MAYOR ¿Qué DEBEMOS HACER PARA EVITAR ESTE PROBLEMA TAN PROPIO DE LAS CIUDADES DESARROLLADAS?

La soledad es uno de los mayores problemas que presentan las personas mayores. Los ciudadanos deben evitar la discriminación por la edad,  conocida como edadismo.

El 20% de los mayores de 65 años viven solos. De ellos el 70%  son mujeres y casi un 25% de ellas son mayores de 85 años. Los hogares unipersonales en los últimos cuatro años ha aumentado un 7% según datos del INE.

A los mayores debemos ofrecerles igualdad de oportunidades de participación en la sociedad que al resto de la población evitando situación de exclusión social y de aislamiento mediante actividades culturales, políticas y sociales.

Una de las formas más eficaces para evitar esa soledad es mediante un envejecimiento activo con igualdad de oportunidades y una vida digna en todos los ámbitos. Hay que  promover la participación de los mayores en organizaciones y asociaciones dedicadas al  voluntariado, tener pensiones suficientes que les permita vivir con dignidad, medidas dirigidas a promocionar la salud, etc.

El problema de la soledad agrava todavía más las posibilidades de abuso y maltrato de las personas mayores. En CEOMA hacemos  hincapié en medidas preventivas y formativas para evitar esta situación y desarrollamos el programa “Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer” siendo pionero en España y con unos éxitos demostrados.

 

DICEN QUE EL “CEREBRO NO SE JUBILA” ¿CÓMO PUEDE UNA CIUDAD APROVECHAR LA EXPERIENCIA, EL CONOCIMIENTO Y EL TALENTO ACUMULADO DE LA GENTE MAYOR?

Existe  un gran almacén en el cerebro  que es la experiencia y es normal que el mayor pueda trasladar esa experiencia a la sociedad enseñando aquello de lo que es un gran experto.

Es necesario entender  que el  envejecimiento no es una amenaza para el sistema de bienestar sino un logro social que debe aportar  al desarrollo del país.

Desde CEOMA hemos planteado  a los  partidos políticos contar con las personas mayores en sus listas electorales para que su experiencia pueda influir en el desarrollo de programas dirigidos al buen trato a los mayores y a evitar el edadismo y la soledad. Los mayores deben participar en todos los órganos de gestión y gobierno de los municipios. Hay que promover las relaciones intergeneracionales para conseguir ver el envejecimiento como una etapa más de la vida. Trasladar a la sociedad y a las administraciones que los mayores son una fuente de riqueza, y que esta etapa de la vida puede ser compatible además con un trabajo, si así se desea, asegurando la sostenibilidad de las pensiones. Hay que reclamar un envejecimiento activo, con participación, formación y voluntariado que permitan estar integrados plenamente en la sociedad y trasladando su experiencia y apoyo  al desarrollo del país.