El diputado general de Álava, Ramiro González, ha asegurado que el modelo de cuidados que se está implantado desde hace años en las residencias de mayores del Instituto Foral de Bienestar Social “está calando en el conjunto de la sociedad”, que considera que es tan importante, o más, garantizar “la libertad y la dignidad como persona” de las usuarias y usuarios de estos centros como su seguridad. 

Así lo ha manifestado durante el acto en el Museo Artium, en el que la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) ha hecho entrega al primer centro público en España la acreditación como ‘Centro Libre de Sujeciones’ a la residencia foral de personas mayores de Oyón/Oion, que certifica que no utiliza ningún tipo de sujeción física.

CEOMA y su programa ‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer’ son pioneros en la formación de los y las profesionales y en la acreditación de centros que han conseguido erradicar las sujeciones físicas. Hasta el momento, esta entidad ha acreditado dicha condición a un centenar de residencias, todas ellas del ámbito privado, en diferentes comunidades autónomas de España.

Un centro libre de sujeciones es aquel en el que no se utiliza ningún tipo de sujeción física, entendiendo esta como la limitación de la libertad de movimientos de una persona, o su actividad física, o el normal acceso a cualquier parte de su cuerpo, con cualquier método físico externo del que no puede liberarse con facilidad.

Durante su intervención ante una nutrida representación de profesionales del Instituto Foral de Bienestar Social, así como de equipamientos residenciales del sector privado y de asociaciones del territorio, el diputado general de Álava ha agradecido a CEOMA la acreditación, así como al IFBS en su conjunto, al Área de Personas Mayores en particular y, muy especialmente, a las y los profesionales de la residencia Nuestra Señora de las Viñas por haber hecho posible que este centro “sea hoy un referente entre las instituciones y entidades dedicadas a la atención y los cuidados a nuestras personas mayores”.

Tras resaltar que la acreditación de ‘tolerancia cero a las sujeciones’ distingue por primera vez a una residencia pública, Ramiro González ha puesto en valor la filosofía de atención en los centros del IFBS, “dirigida a un modelo de atención personalizada e integral, desde un enfoque de planificación centrada en la persona. La atención se basa en un proceso continuo de escucha orientado a tratar de saber qué es importante para las personas atendidas. A escuchar, en definitiva, sus deseos y necesidades, y a evitar que las rutinas del centro o las disponibilidades de su propia estructura determinen las necesidades de las personas”.

“En este cambio de la cultura de los cuidados y de la atención, ha sido clave la sensibilización y también el empuje de las y los profesionales, de las personas usuarias y de sus familias”, ha añadido el diputado general, quien ha puesto en valor que la eliminación de sujeciones ha mejorado la calidad del trato a las persona usuarias.

Ramiro González ha añadido que el objetivo de la Diputación Foral de Álava es seguir extendiendo esta filosofía de cuidado “con el propósito de ir eliminando de forma progresiva las sujeciones de las residencias de personas mayores de la red pública alavesa”, al tiempo que ha recordado la apuesta de la institución que preside por “asegurar la continuidad, mejora y calidad de los servicios sociales” que proporciona en el territorio.

Por su parte, la diputada foral de Servicios Sociales, Marian Olabarrieta, ha puesto en valor que la acreditación es consecuencia del “trabajo realizado por el IFBS desde hace muchos años en la mejora de la atención a las personas usuarias con la progresiva implantación en todas las residencias forales de medidas alternativas a las sujeciones”.

En el acto ha intervenido, en representación de CEOMA, la presidenta de la Federación de Viudas del País Vasco y de la Confederación española de asociaciones de viudas, Maite Bilbao, quien ha asegurado que “es evidente que existe un uso elevado de sujeciones y que su aplicación tiene efectos nocivos”, por lo que el primer objetivo de esta entidad es “cambiar la mentalidad de la sociedad, de los sanitarios y de las familias”.