Las personas mayores sometidas a trato vejatorio o indignante, o a limitación de derechos, se enfrentan en muchos casos a una pérdida de la razón de ser, aunque ese maltrato se explique por políticas del centro, o sus necesidades organizativas. Hablamos de los malostratos por la institución.

Se hace pues obligado poner el foco en este fenómeno pues ese tipo de malostratos se dan en todas las instituciones, con una alta prevalencia en algunas de ellas, y ello coexiste con una escasa conciencia social sobre esa lacra

Se hace necesario ponderar hasta qué punto es legítimo, por lograr organizaciones eficaces y eficientes, causar malestar o sufrimiento en las personas que ingresan en las instituciones, personas en general especialmente vulnerables, que ingresan muchos de por vida, y con unas expectativas de cuidados que muchas veces no se satisfacen.

Hablamos pues de malostratos fruto de una mala organización o una mala política de cuidados, o de una cultura de los trabajadores. Todas aquellas acciones que causan sufrimiento, o todo infracuidado que se aleja de lo normalmente esperable, lo que se ha dado en llamar “corrupción de los cuidados”, son formas de maltrato institucional.

Mi propuesta es que se promueva que los centros acometan la limitación drástica del uso de sujeciones, algo que se puede hacer desde las administraciones públicas competentes, y que redundará en un cambio de actitudes general, y en la erradicación de muchas conductas negativas de las organizaciones de cuidados.

La transformación que se produce en los centros que se han esforzado por eliminar las sujeciones, y que han llegado a ser centros libres de sujeciones, ha podido ser observada por nosotros, y eso nos permite afirmar que es una transformación de cambio de actitudes y de conductas general, que sirve para evitar las sujeciones, pero también para evitar otras actuaciones negativas relacionadas.

Una gran ventaja que aporta la observación de las sujeciones, es que es de las prácticas más estudiadas, tanto a nivel español como a nivel internacional. Las sujeciones son las practicas sobre las que más se sabe, son sobre las que más datos se tienen, y sobre las cuales existen más experiencias de abordaje con el fin de eliminarlas, con lo cual se ha acumulado una experiencia que puede ser útil para abordar otras prácticas rutinarias de las organizaciones de cuidados, también cuestionables y cuestionadas, y consideradas muchas como malostratos por la institución.

Compartir las claves del uso de sujeciones en las residencias españolas en este documento, así como la experiencia del Programa Desatar contribuyendo a que existan centros libres de sujeciones conocidos, será útil para comprender mejor los malostratos por la institución y cómo se pueden abordar, para su erradicación algún día.

Además, se harán otras propuestas que pueden contribuir en la minimización de los malostratos institucionales, y en su mejor control por parte de los poderes públicos