Con motivo del «Dia Mundial de la Enfermedad de Alzheimer», 21 de septiembre de 2020, el Dr.  Antonio Burgueño Torijano, Director Técnico del programa ‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer” de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores (CEOMA) hace una reflexión sobre la vida de las personas mayores con Alzheimer en las residencias a consecuencia de la COVID-19.

 

PENSANDO EN LAS PERSONAS CON ENFERMEDAD DE ALZHEIMER QUE VIVEN EN RESIDENCIAS

 

Dr. Antonio Burgueño, Director Técnico de «Desatar» de CEOMA

Lo que nos ha tocado vivir este año, y lo acontecido en las residencias españolas, me ha llevado a una reflexión sobre las personas con demencia avanzada que viven en ellas.

Mi trabajo en el Programa Desatar de la Confederación Española de Organizaciones de Mayores – CEOMA, durante más de 17 años, me ha llevado a conocer bien las condiciones en las que viven las personas con demencia en las residencias, y los cuidados que reciben. También me han llevado a saber que un promedio de un 60% del total de residentes de una residencia normal española están en un proceso de demencia, demencias por enfermedad de Alzheimer la mayoría, y la mayoría en fases avanzadas.

Me preguntaba en marzo y abril, ¿cómo les irá a las personas con demencia en las residencias? Las noticias hablaban de confinamientos estrictos en las residencias, y de aislamientos ante la sospecha o evidencia de Covid-19. Yo no he podido pisar una residencia desde marzo, así que solo podía imaginármelo, y preguntar. La verdad es que fui, y soy, pesimista, y pensé que les fue muy mal, en general, y salvando dignas excepciones, que las hay en España.

Algún representante del sector de residencias preguntó, en una comparecencia pública, ¿alguien de los presentes sabe qué hacer con una persona con demencia a la que es necesario imponerle una mascarilla, una restricción de su movilidad, o un aislamiento?, si alguien sabe qué hacer, que lo diga. Esa pregunta, para mí, refleja lo que les ha sucedido a las personas que viven con demencia en muchas residencias, y la verdad es que me preocupa.

 

Es cierto que, muchas personas con demencia avanzada, en ciertas circunstancias especialmente, se pueden volver difíciles de controlar, y que lo vivido las convierte en un desafío, salvo que se recurra a medidas drásticas de control. He oído testimonios de uso de sujeciones físicas, o de sujeciones químicas, para lograr controlar a esas personas. He oído que se pide poder sacar del centro a las personas que dan positivo a la prueba PCR, y trasladarles a otros centros. He visto que la demencia fue, en algunos casos, un criterio de exclusión para trasladar a una persona a un hospital.

Desde hace años, se están acumulando centros totalmente libres de sujeciones en España, comprobados y acreditados por CEOMA, y para mi solaz he podido comprobar que esos centros no han utilizado sujeciones, a pesar de haber tenido casos de Covid-19. Como siempre he dicho, cuando la sujeción no es una opción, no se utilizan, y en los centros se desarrollan estrategias para manejar las conductas desafiantes de las personas con demencia si recurrir a ellas, ni físicas, ni químicas o farmacológicas. Se podría aprender mucho de esos centros. Yo lo hago.

Se ha hablado mucho, en estos últimos meses, de la necesidad de que el sector de residencias sufra una transformación. A mi entender, es una labor que necesitará mucha inversión, y mucho tiempo, más de lo que dura una legislatura, por lo que sería necesario un pacto de estado para llevarlo a cabo.

De momento, se puede ir trabajando en cambios más asequibles, y si se está buscando un motor de cambio claramente efectivo, pensar en el “Desatar”, pues he tenido la oportunidad de ver como el proceso de eliminación total de las sujeciones ha resultado transformador para los centros que han aceptado ese reto. Todos ganan, las personas con demencia, que no serían sometidas a sujeciones, y los centros que realizan adecuaciones y ajustes organizativos, y mejoras de conocimiento y experiencia en el manejo de los SPCD, que les hace funcionar mejor, con clara repercusión en la calidad asistencial.

Solo me queda decir MI DESEO, un deseo pensando en esas personas con demencia avanzada que viven en residencias, un deseo de que los repuntes, oleadas, que se están produciendo, o que se pueden producir, no se traduzcan en malostratos a esas personas, que no se traduzcan en restricciones demasiado severas, porque no se es capaz de entender bien el proceso de demencia, o las necesidades básicas que tienes las personas que las padecen, o los centros no están bien adecuados y preparados para cuidar a este tipo de personas. QUE EL DÍA MUNDIAL DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER TRAIGA UNA REFLEXIÓN PROFUNDA SOBRE COMO SE PUEDE VIVIR BIEN CON DEMENCIA EN UNA RESIDENCIA.

Antonio Burgueño
Director Técnico del programa ‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer’

 

‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer’

El Programa ‘Desatar al Anciano y al Enfermo de Alzheimer’ de CEOMA fue galardonado con el Premio Internacional ‘Príncipe de Viana de Atención a la Dependencia’ en el año  2010, y su fin es apoyar  a todos los centros que lo soliciten y que quieran trabajar para erradicar el uso de sujeciones o lograr acreditarse como “CENTRO LIBRE DE SUJECIONES”.

“Desatar” es una iniciativa aglutinante de voluntades y hechos encaminados a conseguir que las personas mayores y enfermos de Alzheimer vivan libres de restricciones de cualquier tipo y en cualquier lugar o momento.